No hay nada más condenable y despreciable que un Gobierno que se tapa los oídos y los ojos para hacerse el loco ante las justas protestas de todo un pueblo, sin distinción de grupos o clases, contra el desastre político, económico y social, generado por ese mismo régimen durante 15 años.
Todo este cuadro de malestar generalizado tuvo su inicio el Día de la Juventud, cuando se produjo una de las manifestaciones más contundentes por parte de los estudiantes universitarios de todo el país, reprimidas de la manera más autoritaria por las fuerzas del régimen, desconociendo las razones constitucionales del derecho a la protesta, causando varias muertes entre la población universitaria, lo cual enardeció aún más los ánimos, llevando a lo que hoy vivimos, a lo largo y ancho del país.
Particularmente, me dispuse a transitar por los distintos sectores en los cuales la situación se torna más álgida, y pude comprobar cómo los propios vecinos andaban en las calles, de manera entusiasta, colocando barricadas. Sorprenden las declaraciones del ministro del Interior y las órdenes de Maduro de detener a los guarimberos porque, a menos que los escojan selectivamente, tendrán que habilitar todos los estadios del país, canchas deportivas y plazoletas para meter a la población venezolana que guarimbea, esto es a mas de la mitad del pais.
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