viernes, 16 de febrero de 2018

Posible invasión de EUA a Venezuela

Para mí el chavismo murió con la muerte de Chávez. Lo que existe es una disidencia chavista. Ni siquiera tenemos textos escritos con fundamentación epistemológica que nos expliquen sobre lo que fue el chavismo. Ya algunos saldrán a hablar que si el "plan de la patria" o tal o cual documento. El marxismo tiene El Capital y Adam Smith escribió sobre el liberalismo económico ¿Quién puede hablar qué es el chavismo? Sobre esto he dicho que lo único que nos deja el chavismo es un movimiento de masas con arraigo popular y mucho sentido nacionalista que lamentablemente se diluyó con el fallecimiento del líder. El eminente profesor y amigo Heinz Dieterich escribió sobre El socialismo del siglo XXI, pero también nos ha dicho que Maduro abolió por completo el proyecto original de Chávez.

A partir de allí, surgió el madurismo como forma neototalitaria por controlar y mantener el poder, y de eso hemos venido escribiendo bastante. Maduro y su claque aplicaron todas las perversiones posibles en la destrucción de un Estado y su constitución. La sujeción del pensamiento único se está intentando instaurar en las escuelas y liceos. Los sectores populares están muy empobrecidos y cruelmente maltratados por la crisis. El madurismo sólo utiliza la imagen de Chávez como forma de propaganda política, pero en la praxis hace todo lo contrario al pensamiento del líder.

El madurismo obliga a la población y empleados públicos para que asistan a sus concentraciones. Chávez era un aluvión por donde pasaba. Sólo bastaba decir que estaría en determinado sitio para ver la manera espontánea en que se desplazaba un pueblo, incluso más allá de las fronteras venezolanas. El madurismo ha aplicado un perverso programa económico que ha hecho vivir a los venezolanos una hiperinflación terrible en el plano social. Chávez teniendo el barril del petróleo en 7 dólares cuando llegó al poder, o ser objeto de un golpe de Estado, una auténtica guerra económica y paro petrolero entre 2002 y 2003, los venezolanos no vivimos una crisis de esta magnitud, sino por el contrario se vivieron picos de prosperidad y reducción de la pobreza entre 2005 y 2012.

La mayoría del pueblo rechaza a Maduro, y la mejor prueba de ello es ver a los sectores más humildes huyendo de la dictadura que agobia a Venezuela por el norte, el sur, el este o el oeste. Sólo habría que echarle un vistazo a la frontera con Brasil, Colombia o islas vecinas para ver que las personas que emigran no son precisamente oligarcas ni millonarios, es el pueblo pobre que ha sido totalmente destruido por quien se autodenomina "hijo de Chávez".

Hace unos días escribí en Venezuela desde el portal Aporrea un artículo al cual titulé: ¡Maduro saldrá en menos de 10 días del poder! Ese texto generó un debate inmenso en el país y conmocionó a la clase política madurista. Coincidencialmente, al otro día fueron tomados por la guardia nacional todas las grandes, medianas y pequeñas cadenas de centro comerciales, supermercados y mercados populares. Tal vez muchos lo comprendieron como si textualmente estaba pronosticando la salida de Maduro de Miraflores en ese período de tiempo, pero el centro de esos 10 días se inician en el momento en que se desencadene de manera espontánea, una gran protesta nacional de todos los sectores de la población por la terrible crisis que vivimos.

El adelanto de las elecciones responde ante lo que está por venir, y el madurismo lo sabe. Esa es la razón por la cual intentan posicionarse ilegítimamente del poder. La verdad es que cuando llegue ese día de protesta nacional originado por los sectores populares, Maduro no resistirá más allá de 10 días con el control político, aunque sea un día después de cualquier elección fraudulenta, porque tendría que masacrar a un pueblo, y nuestra fuerza armada, esa que está apartada de la cúpula militar controlada por Vladimir Padrino, (quien tiene a su familia viviendo en el exterior), es decir, el pueblo uniformado, como decía Chávez, esa oficialidad y tropa es la que vive en el corazón de los sentimientos de la gente.

Se avecinan días de mucha trascendencia para Venezuela, pero sobre todo la incertidumbre y quiebra económica atentan contra Maduro. No habrá bono que valga, ni "carnet de la patria" que le apoye cuando absolutamente nada pueda comprarse con el pulverizado bolívar, y ese día está cada vez más cerca.

Para salir de la crisis se requiere, una vez que Maduro haya abandonado el poder, la construcción de un gobierno de unidad. Tenemos una excelente Constitución y un marco jurídico que debe ser reformado. Hay que crear un plan económico serio y creíble, como por ejemplo similar al Plan Real que aplicó Cardozo durante su presidencia en Brasil y ampliado con las políticas que posteriormente generó Lula Da Silva en Brasil.

Venezuela debe recuperar su industria petrolera, reencontrar cauces en su alicaída agro-industria, y abrirse al capital nacional e internacional con reglas claras que respeten los derechos no sólo empresariales, sino laborales y sociales vapuleados por este gobierno de Maduro que se hace llamar "socialista. Sólo así podremos salir de este trance hacia el corto, mediano y largo plazo.

En consecuencia, una cosa es ser nacionalista y otra vivir con una xenofobia política contra los Estados Unidos. Y esa ha sido la política madurista, e incluso que tuvo Chávez mientras estuvo en el poder. El madurismo es hipócrita cuando nos habla de soberanía pero entrega nuestros espacios petroleros y de explotación minera a las transnacionales rusas, chinas, canadienses u otras, sin el mínimo respeto sobre las normas ambientales y laborales, y peor aún, permitir el acceso de cubanos en áreas estratégicas de control político y militar en el país.

Donald Trump no es precisamente el mejor presidente que haya tenido la nación estadounidense, y es probable que sea el tipo más soberbio y egocéntrico que ha pasado por la Casa Blanca, razón por la cual, el madurismo subestima que exista una posible intervención contra Venezuela, ignorando que la materia geopolítica no puede tratarse como si quienes no comparten mis ideas en el plano internacional fueran un albañal de desechos sólidos.

Es mentira que China o Rusia van a declararle la guerra a Estados Unidos, si éste decidiese de manera remota y unilateralmente invadir nuestro país, con todo y el derecho a veto que tienen esas naciones en caso de que el tema llegara al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Como venezolano rechazaría cualquier intervención de potencia extranjera sobre Venezuela, pero también debo rechazar que bajo ese argumento, Maduro destruya a la nación e imponga un régimen neototalitario y empobrecedor. Es tácito. Ni una cosa ni la otra, pero los venezolanos no seremos responsables, sí mañana la torpe conducción del país genera un conflicto extraterritorial, al desafiar a todos los vecinos y convertirse en una permanente confrontación política que sólo genera problemas de desarrollo social, en especial con las naciones que rodean a Venezuela.

Por ahora, considero que el gobierno de Trump le está haciendo advertencias a Maduro para que regrese al camino de las normas constitucionales, pero además abandone esa diplomacia jíride que le ha caracterizado en los últimos años. ¿Volverá Maduro al carril de la democracia? Realmente lo dudo. Por ello, sólo esperamos que cuando se inicien los últimos días del madurismo en el poder, la sangre no llegue al río. Amanecera y veremos...

No es en contra de Venezuela

Una de las argucias más abusadas por las hegemonías despóticas, es el tratar de confundir una parte con el todo. En este caso, Venezuela es el todo, y el poder que la destruye es una parte –importante por su infinita capacidad destructiva, pero una parte-. Sin embargo, cuando Maduro y los suyos se refieren a las denuncias, críticas, sanciones o condenas que reciben del exterior, siempre alegan que son denuncias, críticas, sanciones o condenas en contra de Venezuela… Mentira. Son en contra de ellos, Maduro y los suyos, y por razones más que merecidas.

Cuando el gobierno de otro país emite una declaración oficial que retrata a Maduro tal cual es, eso no va dirigido a minusvalorar al conjunto del país. Eso no es en contra de Venezuela. Más bien todo lo contrario. Porque lo que es favorable a Maduro es perjudicial para la nación, y lo que es desfavorable para Maduro es auspicioso para la patria. Claro que los propagandistas de la hegemonía no piensan ni operan de esa manera. Para ellos es vital el principio de manipulación política que pretende utilizar al país como un escudo para amparar los desmanes, diríase mejor, los horrores de los jerarcas del despotismo.

Las solicitudes de extradición de corruptos rojo-rojitos (y ni tan colorados), que están formulando algunos gobiernos, o el encarcelamiento de varios de éstos, o las causas judiciales abiertas y en desarrollo en medio mundo, o las investigaciones de fiscalías independientes, o la activación de los procesos penales previstos en los tratados y tribunales internacionales, no son iniciativas para hacerle daño a Venezuela. Al revés. Son iniciativas para impulsar la justicia ante los graves crímenes que tantos capitostes han perpetrado –dentro y fuera del país, así como también para hacer justicia por los crímenes de sus adláteres y testaferros. Eso honra a Venezuela, porque demuestra que el país no está abandonado en el concierto internacional, y que la obscena impunidad que reina dentro de nuestras fronteras, no tiene vigencia más allá de las mismas.

Las sanciones de carácter patrimonial y migratorio que algunos países han impuesto en contra de figurones civiles y militares del régimen, tampoco son en contra de Venezuela. Al fin y al cabo, Venezuela como nación histórica no es el autor material o intelectual de tantos y tantos delitos en desmedro de la cosa pública o violatorios de todas las categorías de derechos humanos. Los autores son personas con nombres y apellidos, con responsabilidad personal, aún cuando la responsabilidad política sea connatural a la hegemonía despótica, depredadora, corrupta y envilecida, de la cual forman parte esos figurones.

También en contra de la hegemonía hay sanciones de diversa índole, tanto políticas como económicas. No puede ser de otra forma en una comunidad internacional que se rija, al menos básicamente, por las normas suscritas en los acuerdos de alcance global. No se trata de bravuconadas de alguno que otro dirigente extranjero –lo cual, sin duda, no se podría desconocer-. Pero eso es secundario y hasta anecdótico. El meollo del asunto está en que la depredación de divisas extranjeras, el amparo de la criminalidad organizada, la brutal violación de los derechos humanos, comenzando por el derecho a la vida, el desprecio a todos los principios efectivos de una democracia, entre muchas otras realidades, ya no pueden pasar por debajo de la mesa de la complicidad foránea.

Y menos todavía cuando el pueblo venezolano agoniza en una catástrofe humanitaria en medio de una bonanza petrolera, lo que inculpa más gravemente al poder establecido. No. Venezuela no es Maduro. Es más, para que Venezuela tenga un futuro digno y humano, Maduro y los suyos no pueden continuar derruyendo al país hasta sus propios cimientos.

martes, 13 de febrero de 2018

No es tiempo de elecciones, sino de rebeliones!

Por primera vez en la historia latinoamericana el mundo entero apoya abiertamente la caída de un régimen genocida. Los gobiernos alrededor del planeta han rechazado las aceleradas elecciones fraudulentas convocadas por la Asamblea Narco Castrista. El Parlamento Europeo aseguró que sólo reconocerá elecciones en Venezuela si son en “condiciones justas, CNE imparcial y sin inhabilitados políticos”. ¡na'guara! Este 22 de abril los venezolanos debemos demostrar al mundo que estamos en contra de la dictadura, pero no es votando, sino ¡TUMBANDO!, ¡no son tiempos de elecciones, sino de rebeliones!

Ledezma denunció que: “el Gobierno genocida de Maduro deja morir a los venezolanos”. Esto es tan palpable que los países fronterizos están en emergencia atendiendo a los miles de venezolanos que no encuentran atención en su propio país y Tuto Quiroga tuvo que afirmar que: “la solución al éxodo es sacar del gobierno de Venezuela al colombiano”. Mientras tanto el narco-terrorismo de Venezuela rechaza la grosera “asistencia técnica y humanitaria de EEUU ante la crisis migratoria”. Aunque la gestión de Maduro sea reprobada por más del 75% de la población, el PSUV pretende que hay que reelegir al culpable de nuestras desgracias.

La fiscal usurpadora Tarek intenta por todos los medios decir que “Maduro no autorizó el uso de armas de fuego” pero la realidad la vivió Óscar Pérez y sus amigos en la masacre más despiadada que se haya visto en la historia. En Venezuela las violaciones de derechos humanos no sólo son política de Estado, sino que se promueve la maldad: Josneidy Castillo fue ascendida como teniente de la Guardia Nacional (GN), en reconocimiento a la salvaje golpiza que le propinó a la ciudadana Marvinia Jiménez, ¡hecho en Socialismo! ¡PLOP!

El senador norteamericano, Marco Rubio, aseguró que, “si las Fuerzas Armadas de Venezuela decidieran proteger a la gente y restaurar la democracia, éstos serían apoyados a nivel internacional”. Sin titubear, Rubio afirma que: “apoyaremos a las Fuerzas Armadas de Venezuela si defienden su país”. Pero aquí no podemos esperar por más nadie, la solución es actuar con fuerza en las calles, cada día tumbar los símbolos de la dictadura: ¡imagen de Maduro y sus secuaces, es imagen que debe ser derrumbada!

El hecho que la Corte Penal Internacional empiece a investigar a los funcionarios del país debe ser un motivo de:

1) Temor para el régimen, pues queda en evidencia que estos crímenes ni pasaron desapercibidos ni tampoco prescriben.

2) Vergüenza a toda la dirigencia política opositora, que quedan en evidencia ante la enorme ineptitud en tumbar una cruel dictadura.

3) Esperanza a todos los venezolanos, aunque la realidad es que esto puede tomar varios años.

Muchos de esos politiqueros salen ahora preguntando “¿pero que podía hacer yo?” o “pero ¿qué quieres tu que yo haga?”. O sea, esos que quieren ocupar los cargos de liderazgo no tienen idea de cómo tumbar la dictadura y se han quedado de brazos cruzados, sencillamente esperando por un milagro. Salvo pocas excepciones sólo hay una quejadera constante, que no resuelve nada. Tan vergonzosa es la diligencia opositora que Marcos Rubio les tuvo que recordar lo que dijo el Libertador: “cuando la tiranía de hace ley, la rebelión es un derecho”.

Hay una luz al final del túnel, pero pasaremos sólo si luchamos juntos. No podemos permitir que la apatía de adueñe de nuestras esperanzas. La lucha sigue .... nuestra madre tierra nos llama con dolor: ¡hijos de Venezuela no la dejemos abandonada!

Lo importante es que la presión del pueblo, la presencia en las calles debe seguir, aumentar e intensificar. No podemos quedarnos callados. Los venezolanos debemos unirnos, sin importar el pasado, porque lo que debemos superar es el presente para luchar por un mejor futuro. Aquí todos somos necesarios, afuera y adentro: ¡todos pidiendo la injerencia humanitaria!

A todos los militares y sus familias: deben tomar la decisión de tumbar la tiranía, o ser juzgados como traidores a la patria. Pueden ser parte de un pueblo que lucha por la libertad, o ser condenados por el resto de la historia como unos miserables cobardes.

La MUD puede escoger entre tumbar la dictadura o sumergirse en el lodo de su incoherencia politiquera. Dios los juzgara por su cobardía, mientras tanto, entre todos, con furia: ¡abajo la dictadura! No, nos cansemos. Calle Y Lucha...

sábado, 3 de febrero de 2018

Estamos Secuestrados...

Pareciera que los venezolanos hemos perdido el país, y que ahora estamos secuestrados dentro del pais por una banda de socialistas organizados.

Muchos sentimos que nuestro país ha sido secuestrado por una clase política que actúa como una mafia organizada que lo controla todo, ocasionando esta profunda crisis económica, política y social que estamos padeciendo.

Muchos de nuestros gobernantes estan identificados por su lucha por sostenerse en el ejercicio del poder, muchos inmersos en escandalosos hechos de corrupción; generando un profundo daño a los venezolanos que hoy vivimos sin calidad de vida, con una sociedad que ha involucionado en su desarrollo.

Las consecuencias se originan por una corrupción gigantesca en las estructuras gubernamentales, a todos los niveles del estado; por el mal manejo de los fondos públicos, repercutiendo con daños profundos en el presente y futuro de nuestra sociedad.

El sufrimientos por la profunda crisis económica, política y social, se ve reflejado en una económia con precios dolarizados y ingresos en bolívares, que genera un descomunal desbalance en la economía ciudadana, familiar e institucional, y en la quiebra del país.

La salud, la educación, los servicios, la comida, las instituciones, la infraestructura; todo fue secuestrado y los resultados son catastróficos.

Por lo general, el común de los ciudadanos, que cometen delitos menores son atrapados y van a la cárcel. Sin embargo, el delincuente de cuello rojo, por lo general, está amparado por la “justicia” venezolana, en manos de fichas del partido oficial de gobierno, PSUV. Por lo que nunca conocerán la cárcel, ni el castigo por sus fechorías.

Nuestras leyes ya no sirven para hacer justicia contra quienes nos gobiernan, porque estas mafias han creado un estado paralelo a la constitucion y leyes de la republica, y no contamos con instituciones autónomas que hagan respetar el imperio de la ley e impongan el estado de derecho.

Esto explica el porqué muchos de nuestros dirigentes socialistas y revolucionarios, de la noche a la mañana terminaron convirtiéndose en millonarios y, probablemente, no tendrán que trabajar nunca más, a diferencia de los “ciudadanos secuestrados por la revolución”, a quienes se nos impone más sufrimiento para que la nueva casta de políticos rojos rojitos, que estan llegando al poder, también se hagan millonarios como muchos que ya lo hicieron, con consecuencias muy críticas de hambre y miseria para la mayoría de venezolanos, que apostamos a una venezuela diferente.

Estamos en un año electoral muy importante para el futuro del País, un año donde se debe elegir un nuevo Presidente de la República, pero sin dudas que la crisis nos convoca a salir adelante en la lucha unitaria por el cambio en Venezuela, siempre y cuando existan las garantías necesarias y un nuevo CNE constitucional. De lo contrario, nunca será posible por la vía democrática salir adelante y superar la actual crisis que estamos viviendo