sábado, 24 de enero de 2015

Maduro: Informa a los venezolanos de su plan...

Escuchar al Presidente de la República con motivo de su mensaje ante la Asamblea Nacional, mediante el cual según el artículo 237 de la Constitución Nacional debería dar cuenta de los aspectos políticos, económicos, sociales y administrativos de su gestión durante el año anterior, causa asombro –por no decir cualquier otro calificativo–. Un discurso que no innovó en forma alguna en su tónica, pues en términos generales fue más de lo mismo. Aunque es de destacar que durante el mismo nunca tocó el aspecto esencial del mensaje: “entregar cuentas”, no hubo un balance en lo social que dilucidara las dudas en temas claves en Venezuela como lo son: la seguridad personal, la situación carcelaria, y unas palabras de condolencias por las más de 24 mil muertes violentas que hubo en el país durante el año 2014.

Tampoco se refirió a dos temas centrales que contribuyen al estado ineficiente del actual gobierno: La corrupción y la impunidad, ni siquiera hizo referencia a que con esa excusa tuvo una ley habilitante que usó para todo, menos para combatir esos males. Su discurso fue un despropósito de palabrerías que no dijeron nada, y peor aún no generó confianza, dejando una serie de interrogantes abiertas: ¿Por qué Venezuela entró en recesión, cuando en 2014 el promedio anual del barril de petróleo fue de $90? ¿Qué justifica los controles de precios si la inflación cerró en 64%? ¿Dónde están los alimentos que producen las empresas expropiadas por el Estado? ¿Ha crecido el empleo?

“Nuevo sistema cambiario”
Desde su implementación en el 2003 el control de cambio llegó con la excusa de que era para “proteger” la economía venezolana, a casi 12 años de su aplicación sólo hay una realidad: es un arma de control político usada a discreción por el gobierno nacional, ha sido una fuente de corrupción y despilfarro de los recursos de la República con la mayor impunidad posible. Recordando que fue el propio ex ministro Jorge Giordani quien denunció la existencia de empresas de maletines que se llevaron más de 20 mil millones de dólares (casi la cantidad pírrica que hoy tiene Venezuela en reservas internacionales), denuncia de la cual a esta fecha nadie sabe qué pasó con los responsables.

En su discurso el Jefe del Estado anunció en forma titubeante la implementación de tres tipos de cambio, destacando obviamente que nunca habla de la devaluación que sufre la moneda con la aplicación de estas medidas, y además que contradiciendo a todos los especialistas respetables en la materia dejó el valor de Bs 6,30 por dólar para los sectores de alimentación y salud a los que discrecionalmente el CENCOEX les seguirá asignando las divisas. ¿Se habrán acabado las empresas de maletín? ¿Cuáles son las empresas que gozan de ese tipo de cambio?

“Medidas económicas para salir de la crisis”
¿Cómo puede un gobierno que dice no reconocer la crisis que tiene en frente tomar las medidas apropiadas para resolverla? Difícilmente se puede dar una única respuesta a esta pregunta, lo cierto es que la ideología política se antepone a la realidad y a los requerimientos de una economía sana. Venezuela hoy sufre las consecuencias de la implementación de una serie de políticas económicas ineficientes y a todas luces erradas. El mayor responsable del estado en que se encuentra el país es el actual gobierno, que durante estos 15 años de gestión ha hecho un desastre con los recursos de la República, dilapidando los mayores ingresos petroleros en la historia del país y violando descaradamente el espíritu, propósito y razón del artículo 299 de la Constitución Nacional que establece los principios que deben regir el régimen socioeconómico de la República Bolivariana de Venezuela entre ellos: la democracia, la eficiencia, la libre competencia y la productividad; así como la obligación de que el Estado, conjuntamente con la iniciativa privada, promuevan el desarrollo armónico de la economía nacional.

Para colmo de males, un jefe de Estado que está muy lejos de llegar a ser un estadista y que se encuentra dentro de un grupúsculo de aprovechados que con la máscara del sesgo ideológico, encubren el germen más dañino del país: “la corrupción”; dice en medio de su locuaz discurso las dos palabras que más confianza generarán a la hora de anunciar medidas económicas para salir de la crisis del país: “DIOS PROVEERA”.

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