El jueves 23 de Enero de 1958, un movimiento cívico-militar derrocó al gobierno del general Marcos Pérez Jiménez, quien se vio forzado a abandonar el país con rumbo a República Dominicana a bordo del avión presidencial la Vaca Sagrada. Pérez Jiménez venía ocupando el cargo de presidente de Venezuela desde principios de la década de los ′50.
Derrocamiento
En primer lugar, el 1º de enero de 1958 hubo un alzamiento de los oficiales de la Fuerza Aérea en la Base de Boca de Río, cercana a la ciudad de Maracay y del cuerpo de blindados del cuartel Urdaneta de Caracas al mando del teniente coronel Hugo Trejo. En segundo lugar, la crisis política en el propio seno del gobierno producto de la descomposición y fraccionamiento del mismo a raíz del plebiscito de diciembre de 1957 y que originó 2 cambios de gabinete sucesivos, los días viernes 10 y lunes 13 de enero de 1958 respectivamente, y la salida hacia el exterior de los personeros más cercanos a Pérez Jiménez vetados por las Fuerzas Armadas, Laureano Vallenilla Lanz, ministro hasta entonces del Interior, y Pedro Estrada, jefe de la policía política del régimen, la Seguridad Nacional. Al mediodía del 21 de enero de 1958, en Caracas se inició la huelga general contra la dictadura, pero la madrugada del jueves 23 y con la huida del país de Pérez Jiménez, el pueblo se lanzó a la calle, saqueando las casas de los adeptos al régimen; atacando la sede de la Seguridad Nacional y linchando a algunos funcionarios. En pocas horas el Palacio de Miraflores se convirtió en el sitio de reunión de los sublevados, de innumerables dirigentes políticos y personalidades, quienes procedieron a nombrar una Junta de Gobierno Provisional que reemplazara al régimen derrocado. La junta la constituyeron el contralmirante Wolfgang Larrazábal como presidente y los coroneles Carlos Luis Araque, Pedro José Quevedo, Roberto Casanova y Abel Romero Villate. Al amanecer del día jueves 23, los venezolanos celebran la caída de Pérez Jiménez, a la vez que protestan por la presencia en la Junta de Gobierno de Casanova y Romero Villate, reconocidos miembros del perejimenismo; los cuales finalmente fueron obligados a renunciar y reemplazados el día 24 de enero por los empresarios Eugenio Mendoza y Blas Lamberti. Con el objeto de restablecer la democracia en Venezuela, se designó también un gabinete provisional compuesto por juristas, empresarios y ejecutivos, reservándose a un militar, el coronel Jesús María Castro León, el ministerio de la Defensa. Posteriormente, la Junta de Gobierno convoca a elecciones para diciembre de ese mismo año; se liberan a los políticos presos en todo el país, se amplía la Junta Patriótica con representantes de sectores independientes, ratificándose en la presidencia de la misma al periodista Fabricio Ojeda; se abre el proceso de castigo a los personeros del gobierno perejimenista y regresan los exiliados.
Pacto de Punto Fijo
Para la consultora política, Carmen Beatriz Fernández, el Pacto de Punto Fijo y su papel en la consolidación de la democracia «se reconoce, por un lado, como un acuerdo de gobernabilidad de los principales partidos de entonces que le dio estabilidad al país y logró la paz social durante 40 años». «Después del 23 de enero, el PCV no podía quedarse a gobernar junto a empresarios y partidos de derecha. La lucha popular continuó después de la dictadura. La represión de los gobiernos de AD contra la disidencia y el malestar de la gente por la falta de empleo, siguió durante los primeros años de la democracia», afirma Fernández.
República
A partir del ′58, las organizaciones políticas se dieron a la tarea de organizar una sociedad que venía de la dictadura, en la que no existían instituciones democráticas. «El acuerdo corporativo de los principales partidos contribuyó a la formación de organizaciones, como gremios, cuando no existía ninguna noción de la sociedad civil». Pero la participación de AD llegó «hasta el límite de unos abusos, al punto que se inmiscuyeron en todas las decisiones de la sociedad civil», describe Héctor Pérez Marcano, líder estudiantil de entonces, representante de AD en el Frente Estudiantil que activó la lucha contra el régimen. «El partido manejaba incluso a quienes iban a dirigir los centros de estudiantes de liceos y hasta la reina de Carnaval. Se metieron en todo y generaron rechazo». Los partidos de izquierda se debilitaron por las constantes divisiones y por haber optado durante varios años por la lucha armada, además de fallas en las bases. «La organización de obreros y campesinos se abandonó, terreno que fue tomado por AD con la promesa de construir la democracia», agrega Marcano. El bipartidismo determinado por el dominio de AD y Copei en el poder se fue agotando con el paso de los gobiernos. «Por un lado la creciente corrupción y por otro al no responder a las necesidades de la pobreza mientras la renta petrolera comenzaba a mermar y los problemas sociales a crecer», afirma Pérez Marcano.
Un reflejo del ocaso del bipartidismo fueron las elecciones de 1993, a las que Rafael Caldera, fundador y líder original del partido verde del cual se había separado, ganó con el apoyo de pequeños partidos (Chiripero) y por poco margen del candidato de un partido emergente, La Causa R. La llegada de Chávez al poder en 1998 de la mano del partido MVR marcó el fin del bipartidismo, que ya venía con plomo en el ala.
Han pasado 14 años y Chavez sigue en el poder, en los actuales momentos enfermo de cáncer y sus mas cercanos seguidores fieles a el, se valen de cualquier estratagema para que este permanezca en el poder a pesar de interpretar y modificar la constitución y las leyes.... Cabe preguntarse si las condiciones de 1958 y las actuales son similares que le sucede a las fuerzas armadas y al pueblo los cuales parecen estar dormidos???
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