Las sanciones
adoptadas por Estados Unidos contra Venezuela degradaron la ya crítica situación
económica del gigante petrolero y aceleran el proceso de default de pagos de su
deuda, que podría ocurrir esta semana, coinciden expertos.
El último
paquete de medidas anunciado el 24 de agosto se complementa con el que había
sido lanzado en julio, y tiene por objetivo cortar los financiamientos a
Venezuela al bloquear el acceso a divisas extranjeras, ya que Washington
considera “inaceptable” al gobierno de Nicolás Maduro.
“Las
sanciones financieras implementadas en agosto son más significativas porque
interrumpen toda nueva inversión directa en el país”, dijo Shannon O’Neill, del
Consejo de Relaciones Exteriores, un influyente centro de análisis
estadounidense.
Venezuela
tiene gigantescas reservas petroleras pero es un país pobre en liquidez. “Sus
reservas internacionales ascienden e 9.700 millones de dólares, siendo que su
deuda externa se eleva a casi 110.000 millones”, apuntó por su parte Edward
Glossop, economista de Capital Economics, en una nota publicada el lunes.
De esa forma
las sanciones “aumentaron la presión sobre Nicolás Maduro, ya que torna casi
imposible garantizar el acceso a financiamiento”, dijo a la AFP el economista
Andrés Abadia, del grupo Pantheon Macroeconomics.
Por fuerza de
las sanciones estadounidense, se torna muy difícil también para Venezuela
vender obligaciones en el sistema financiero estadounidense. De esa forma el
gobierno queda aislado y “la propensión de los inversionistas internacionales
en adquirir la deuda del país disminuyó”, indicó Abadia.
Citgo, una
compañía petrolera venezolana basada en Estados Unidos, donde actúa en el
segmento de refinado y tiene puestos de venta de gasolina, tampoco puede enviar
dividendos o beneficios a Caracas.
“En cualquier
momento”
De acuerdo
con Abadia, Venezuela enfrenta no sólo una caída de su producción petrolera
(-10% en un año) con la posibilidad de “un colapso total de la economía, y su
inflación es ahora la más elevada del mundo”, estimada en 1.000% este año y que
podría alcanzar los 2.000% en 2018.
En ese
cuadro, “los riesgos de un evento caótico de crédito son significativos en
cualquier momento”, añadió.
Por su parte,
Glossop apuntó que ese desenlace podría ocurrir “hasta el fin de esta semana”,
a menos que la estatal petrolera Pdvsa y el gobierno “cubran pagos no
efectuados recientemente que suman 500 millones de dólares”.
Hasta ahora,
el gobierno venezolano ha operado para evitar el cese de pagos al asumir como
prioritario abonar vencimientos inmediatos dejando de lado las importaciones de
alimentos y medicamentos.
En este
escenario, con relación a la reestructuración de la deuda anunciada el viernes
por el gobierno, los economistas apuntan que podría estar comprometida a la
vista de las circunstancias políticas.
El presidente
Maduro ha puesto al frente de esa delicada misión a su vicepresidente, Tarek el
Aissami, quien también es objeto de sanciones específicas por parte de
Washington, que lo acusa de corrupción y relaciones con el tráfico de drogas.
Para el
profesor Robert Kahn, de la Universidad Americana, en Washington, la única
salida a esta crisis es un cambio de gobierno.
“Es necesario
un cambio en el liderazgo”, dijo. “Es necesario nombrar personas que no sean
objeto de sanciones, que están dispuestas a reducir la presión sobre la
población y reformar la economía”, añadió el académico.
En ausencia
de un cambio, advirtió, Maduro tendrá dificultades de convencer a los
acreedores, ya que las sanciones de Washington prohíben a ciudadanos o bancos
estadounidenses adquirir nuevas obligaciones venezolanas o de la estatal Pdvsa.
El lunes, la
agencia de calificación Moody’s rebajó la deuda de PDVSA de Caa3 a Ca, una
decisión que refleja el impago de obligaciones del 2 de noviembre y la
“expectativa” de la agencia de que la petrolera caerá en default en otras
deudas “en el corto plazo”.
Y aún si
Rusia y China, los dos principales acreedores, arrojan un salvavidas a
Venezuela, los mercados deberán rechazar los papeles no emitidos en dólares
autorizados por la poderosa Asamblea Nacional Constituyente.
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