viernes, 25 de julio de 2014

Las Elecciones internas del PSUV



Según las extrañas matemáticas electorales del capitán, Diosdado Cabello, no hace falta contar las cifras de participación y abstención en las elecciones para elegir candidatos al III congreso del PSUV celebradas el domingo, “pues se vio tanta gente en las urnas, y estaba tan contenta que podemos asegurar que el evento fue un rotundo éxito”.


Como si la ciudadanía fuera una masa ignorante y embrutecida, Cabello recurre a una explicación que es un insulto a la inteligencia y sapiencia del pueblo venezolano. Los datos precisos sobre la cantidad de votantes si son muy importantes. PORQUE LAS ELECCIONES SE GANAN CON MAYORÍA DE VOTOS.

La propia dirigencia del PSUV resalta todos los días que hay 7,6 millones de ciudadanos inscritos en el partido. Pues, lo más lógico es que se pueda conocer ahora cuántos de esos militantes votaron. Todas las maniobras verborreicas destinadas a justificar la ausencia de números no terminan convenciendo a nadie, y sólo hacen presumir la intención por ocultar unos resultados que demostrarían el enorme desencanto que se ha extendido en las bases del principal partido de la revolución bolivariana.

Aunque no contamos en este momento con el número de inscritos en el PSUV en los municipios del Zulia, podemos intentar, sin embargo, un ejercicio que nos acerque a esas cifras de votación/abstención de la militancia psuvista. En las recientes elecciones municipales de diciembre de 2013, el candidato del PSUV en el municipio Maracaibo, Miguel Pérez Pirela, obtuvo 259.669 votos, de los cuales 239.705 fueron por la tarjeta del PSUV. Hoy, en estas elecciones internas del PSUV, el candidato más votado fue Henry Ramírez, quien obtuvo 32.593 votos (según las cifras que aparecen en la página web del PSUV).

Es bueno resaltar que el mismo Henry Ramírez, cuando fuera candidato a alcalde de Maracaibo en 2008, obtuvo 229.374 votos, de los cuales 215.354 fueron del PSUV. En 2010, Giancarlo Di Martino, también candidato a alcalde por el PSUV, obtuvo 203.790 votos, de los cuales 192.800 fueron del PSUV. Vemos como el voto por la tarjeta del PSUV en los últimos años ha oscilado entre 190 mil y 240 mil votos en Maracaibo, en elecciones de Alcalde. La cantidad de votos a favor del delegado que obtuvo el mejor resultado (Henry Ramírez) apenas llega hoy al 13 % de los votos obtenidos por Pérez Pirela en diciembre pasado.

Es de suponer entonces que la movilización de la militancia del PSUV ha disminuido, de diciembre 2013 a julio 2014, en una cifra bastante cercana al 90 %. En números brutos, la abstención real pudiera ser mucho mayor, pues en los hechos el PSUV pareciera tener mucho más militantes inscritos en el partido que los votos que obtiene el mismo partido en las elecciones. Nicolás Maduro fue electo presidente en 2013 con sólo 6.193.662 votos por la tarjeta del PSUV, muy por debajo de los más de 7 millones de militantes inscritos en el partido.

En todo caso, si es cierto que la abstención estuvo entre el 80 y el 88 %, cifras que nos han llegado por amigos dentro de la dirigencia del PSUV, estaríamos frente a un verdadero descalabro electoral del principal partido chavista. Las implicaciones de este descalabro serían gravísimas para el futuro inmediato del proceso bolivariano, pues no estarían garantizados los triunfos electorales necesarios para que la revolución se mantenga en el poder. Empeoraría la cosa si la dirigencia del PSUV sale ahora con cifras maquilladas, cuando no lo hizo al dar los resultados iniciales del proceso electoral. Todo el mundo sabe que cuando se tardan mucho en dar los resultados de una elección, cualquiera ésta sea, es porque hay gato encerrado.

Las elecciones internas en el PSUV ameritan análisis serios y debates democráticos, cuestiones que parecen haber sido desterradas por los actuales dirigentes de la revolución. Como dijimos antes, esta revolución se ha sostenido 15 años gracias a los votos del pueblo venezolano. Por ello no es lo mismo que haya votado el 80 % de la militancia, a que lo haya hecho sólo el 12 o el 20 %. Si hubiera votado el 80 % del partido, serían unos 6 millones de personas, más que suficientes para arrancar en futuras campañas electorales (en 2015 y 2016). Pero si votó solamente el 20 %, eso en números significa 1,5 millones de personas, y el 12 % se reduciría a sólo 900.000 personas, cifras muy desalentadoras si tomamos en cuenta la enorme fuerza electoral que ha demostrado la oposición en los últimos años.

En pocas palabras, la votación en las internas del PSUV pudiera estar anunciando un descalabro descomunal en el respaldo popular hacia la actual dirigencia revolucionaria. No pensamos que ese debilitamiento se interprete como un rechazo al proceso revolucionario mismo. Más bien, puede reflejar el cansancio ante una dirigencia que se enroca y vuelve a enrocarse durante año tras año y en cargo tras cargo, fracasando una y otra vez en las múltiples responsabilidades que asumen, muchas veces de manera simultánea.

Los índices de abstención en las internas del PSUV pueden estar anunciando muy posibles derrotas electorales en los años venideros. Es obvio que la única forma de revertir esa caída en picada que tiene el respaldo popular a la revolución sería con un verdadero sacudón en el gobierno de Maduro. ¿O será acaso que habiéndose acabado los votantes, los millones que según el CNE sufragaban por Chávez o los candidatos del PSUV, ahora lo que queda es contar los votos “al ojo por ciento” y confiando en la precisión de observadores imparciales como Cabello? Total rotundo y contundente que tiene que haberle borrado cualquier otro gesto de cinismo al capitán Cabello, pues atribuir a los encuestólogos opositores cualquier desvío de las cifras pase, pero a dirigentes y activistas del PSUV que hasta ayer no más eran tratados como infalibles…¡imposible!



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