Con este “Paquetazo ideológico” en el campo educativo se estarían “socializando” a nuestras generaciones del presente y del futuro, como los “hombres nuevos” del pensamiento único, adoradores (culto a la personalidad) de Fidel y Chávez. De supuestos próceres libertarios de ese trasnochado “totalitarismo nacionalista”, “antiimperialista” y “militarista”. En sustitución de la verdad histórica, en manos de los genuinos héroes de la Patria “libre”, “independiente” y “soberana”; representados por Bolívar, Sucre o Miranda. O porque la realidad trágica enrostra, que hoy Venezuela es más dependiente que nunca de una fuerza extranjera como la cubana, cuya intromisión interna raya en la desvergüenza ante los nacionales y el mundo entero.
De lograr sus deleznables propósitos de dominación y esclavitud sobre los ciudadanos, el “aparato ideológico del Estado totalitario” (con las instituciones a su servicio, el poder cultural y poder mediático) configurarían a su favor todo el andamiaje de “valores”, “creencias” y “representaciones” del paradigma cubano, aun con su secuela de fracasos a cuesta. “Institucionalizarían” la realidad a su manera, sus concepciones, estilos de vida, pensamiento único e intereses de grupos. Las escuelas, liceos, universidades, sindicatos, gremios, partidos políticos, asociaciones y medios de comunicación pasarían a formar parte de ese arsenal de adoctrinamiento ideológico. Esta nueva forma de dominación haría trizas el pensamiento plural, los valores y principios de libertad y democráticos. Esta modalidad de neo-esclavitud nos conduciría al atraso, al rezago científico-cultural, a la miseria, a mayor pobreza, a la ruina y a la desesperanza.
Los promotores de esta “ideología perversa” seguirían (como ahora lo hacen) falsificando la realidad y ocultando la verdad de las cosas. Bajo el manto de la oscuridad quedarían los crímenes, torturas y atropellos contra los estudiantes y ciudadanos disidentes o, contra todos los que protestan en las calles de Venezuela. Y se ocultaría con mentiras y manipulaciones la escasez, los altos precios, la inseguridad, el desempleo, la corrupción, el derroche “saudita” y la entrega del país al régimen criminal cubano. ¡No a la ideologización procubana de la educación y de toda la sociedad venezolana! ¡Nadie se rinde!
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